sábado, 11 de julio de 2015

Vuelve a llover comida

Ahí está otra vez. Aparece cada noche al otro lado de ese sólido muro invisible y no hace nada más que mirarme en silencio. No pestañea, no se acerca ni dice nada, sólo me mira. Hoy he decidido acabar con esto. Le grito algo desde la distancia y la única respuesta que sale de su boca es un simultaneo burbujeo. ¿Se está mofando? Sí, es claramente una provocación. Voy a por él, esto no va a quedar así. Él también se aproxima. Ahora que te tengo más cerca no veo más que odio en tus ojos. De pronto llega la luz del día y el muycobarde desaparece. Quien será ese mequetrefe y qué querrá de mí. Dejaré esta trifulca para más tarde, es hora de almorzar. Vuelve a llover comida.

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