jueves, 4 de abril de 2013

Razones para odiar a Álvaro Negredo


Álvaro Negredo es un tío normal, una chaval de 28 años, un padre de familia, un futbolista del Sevilla. Tiene cierto parecido a Sylar, el malo de Héroes, pero eso no es una razón para odiarlo. O al menos no es la principal razón para hacerlo.

Eran las 23:39 del sábado 30 de Marzo cuando, en el Ciutat de València, estadio del Levante U.D., se encontraba este caballero con la pelota dispuesta a ser empujada prácticamente a puerta vacía, pero no, la pelota la mandó fuera. Era una oportunidad única que hubiera supuesto el gol del empate para su equipo. El chaval tardará mucho en olvidar el haber fallado una ocasión tan clara. Pero más lo lamento yo, pues de haber marcado ese gol, tendría en este momento nada menos que 726€ en mi bolsillo. Justo el dinero acumulado después de 27 largas jornadas jugadas en la porra de un bar. 726 EURAZOS que me ha quitado el señor Álvaro Negredo. Ni tan siquiera sé ahora mismo qué haría con ese dinero. Yo, que no tengo agujeros que tapar, que tengo mis necesidades básicas cubiertas y que no entiendo de lujos ni inversiones. No se me ocurren más que gilipolleces en las que gastar 726€. Y cada una de esas gilipolleces es una razón para odiar a Álvaro Negredo. Pensadlo bien, es lo que cuestan apróximadamente 145 MacMenús, que además, podría pedirlos perfectamente en un Burger King, que no me iban a poner reparos. Podría ir al bar Castillo, el de los 3 quintos por 1€, pedir la cantidad de 2178 botellines de cerveza y pasarme la tarde regalando quintos a todo el que pase por Blasco Ibáñez. O mejor aún, podría gastarlo todo en 3630 latas de cerveza del Lidl. Lo suficiente para invitar a toda la población adulta de Villamalea. Cuanto confeti y caramelos podría comprar? Podría hacer mi propia cabalgata? Invitaría a mis amigos a pizzas barbacoa, pero no cualquier pizza barbacoa, sino unas con la carne picada de los animales en peligro de extinción más exquisitos. No pongáis esa cara de asco, que seguro que también os habéis preguntado a qué sabe el lince ibérico. Tortilla con huevos de kakapo o pingüino emperador preparada por Ferrán Adriá. Imagina que entro a una cafetería, pido un café y a la hora de pagar suelto en la barra 726€, y a la pregunta de 'qué cojones haces' del camarero contesto con un 'ah, quédese las vueltas'. TÚ podrías ser ese camarero, pero no lo serás jamás porque Álvaro Negredo falló un gol cantado. No diré que donaría ese dinero a una ONG porque tampoco quisiera que Álvaro Negredo fuese odiado por todo un país necesitado. Pero creo que sí he dado ya razones suficientes para que cualquiera que lea esto, si alguna vez se encuentra casualmente con Negredo, le estreche la mano y, sin llegar a soltársela, mírándole fijamente con los ojos entrecerrados, se le acerque y le susurre: 'has hecho infeliz a mucha gente'.