jueves, 11 de julio de 2013

Salvemos al burro



Uno de los mayores hobbys de este país es discutir sobre la tauromaquia. Siempre salen los mismos argumentos a favor y en contra y nunca se llega a un consenso, pero aún así, siempre soy incapaz de mantenerme al margen. Yo no estoy en contra, pero las corridas de toros es algo que no me gusta. Y no porque viole todo tratado contra el maltrato animal, y tampoco porque no tenga cabida en la mentalidad ética de una sociedad moderna y civilizada. Todas esas cosas son ciertas pero me la bufan. A mí no me gustan las corridas de toros porque resultan aburridísimas. No evolucionan, no innovan en absoluto, es siempre igual: toro que corre por aquí, toro que corre por allá, toro que se cansa y muere atravesado por una espada. Llevan 200 años haciendo lo mismo! Así es normal que cada vez tengan menos adeptos y necesiten de alguna que otra ayuda pública para poder seguir. Si de verdad quieren llenar las plazas, que se inventen cosas nuevas. Cosas como…qué sé yo, que se carguen un oso o un rinoceronte, y que empleen un hacha, un machete o un lanzallamas. Si será por armas y animales, hay todo un abanico de combinaciones. Pero siempre que digo esto me miran raro, como si fuese más cabal cargarse un toro que un rinoceronte. Y mira que eso de matar animales en peligro de extinción concuerda con uno de sus argumentos favoritos, ese de que si no hubieran corridas, ciertas especies de toros desaparecerían. Sabemos que eso es verdad. Y lo sabemos porque le esta pasando al burro, que se está extinguiendo en España. Lo cual es normal, porque quién necesita un burro para mover cosas de un sitio a otro ahora que todos tenemos un amigo con furgoneta? Sí, lo sé, esto del burro es algo muy triste, pero pensando en todo esto de los toros se me ha ocurrido una fácil solución. No sé cómo no se le había pasado por la cabeza a nadie hasta ahora. La cosa es comprar un burro, ponerlo en la plaza del pueblo y apedrearlo hasta la muerte. Gintonic gratis para la pedrada más certera. En pocos años se convierte en tradición y se extiende al resto de pueblos. Voila! Burro salvado. Pero ahora aparecerá el típico ‘ágorer’ diciendo que eso no está bien, que es inhumano apedrear a un burro. A ese ya le digo que la crianza y apedreo de burros traería muchísimos puestos de trabajo, al igual que hace la tauromaquia, y no estamos para desaprovechar posibilidades de empleo. Lo que yo no sé es cómo hacen el resto de países para tener menos paro que aquí sin necesidad de torturar ningún bicho. Pero cuidao! Quiero dejar claro a qué tipo de personas estoy escribiendo esto. Queridos taurófilos (y espero que esto signifique amante de las corridas de toros y no otra cosa), que por más que se os tache de sádicos por pura definición, yo sé que no sois malas personas. Por eso esta cruzada por salvar al burro a base de crueles pedradas va dirigida a vosotros y no hacia esos otros hipócritas, que se posicionan en contra de atravesar a un animal con una espada para que muera superfluamente ahogado en su propia sangre, y sin embargo no dicen nada de esos animales que son sacrificados sufriendo una muerte rápida para servirnos de consumo.
Esos que se abstengan en nuestra honorable lucha.


PD: por favor, que se abstengan también aquellos que tengan dificultades para captar ironías.

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